Los que trabajamos con animales de compañía sabemos perfectamente qué son las enfermedades zoonóticas. Estas son enfermedades que se transmiten entre animales y personas, por ejemplo, la rabia. La vacunación y la desparasitación para prevenir dichas enfermedades en perros y gatos—y, por lo tanto, para también proteger a las personas—es una preocupación constante en nuestro trabajo.
El COVID-19 es diferente. Existen hipótesis opuestas sobre dónde se originó, por ejemplo, el contagio de animales (posiblemente murciélagos o pangolines) a personas, pero puede que nunca sepamos la verdad. Sin embargo, desde el “paciente cero” original de Wuhan, China, pareciera ser que el contagio haya sido completamente de persona a persona. Como excepción, hemos visto el extraño caso de animales de compañía contagiados con SARS-CoV-2. Cabe señalar que todos estos casos indican que el contagio fue de un amo a su mascota y no al revés; la persona se enferma, y algunos días después, su mascota presenta síntomas similares o los funcionarios sanitarios públicos le hacen una prueba que da positivo. La “zoonosis inversa” es un término que rara vez se usa en los animales de compañía, pero podría aplicarse al COVID-19. Esta se produce cuando un animal es víctima de una enfermedad sufrida por la población humana; es contagiado, pero no tiene capacidad de contagiar.
Contagios: ¿Los perros y los gatos pueden contagiarse de SARS-CoV-2?
Desde el brote de la pandemia de COVID-19, hemos visto varios casos positivos en animales de compañía (visite nuestro blog para saber por qué las pruebas en animales de compañía debieran ser limitadas). Sin embargo, los resultados negativos son igual de importantes. A continuación se presenta un resumen de ambos. En la nota al pie podrá ver una explicación de las distintas pruebas de diagnóstico utilizadas1:
Pets in homes with COVID-19 tested using RT-PCR:
Casos positivos
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Casos negativos
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Estudios de contagios en muestras del mundo real:
Positivos
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Negativos
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Estudios de contagios en laboratorio:
El estudio de los contagios en un laboratorio implica inocular el virus en los animales. Dos estudios experimentales llevado a cabo en laboratorio han producido los siguientes resultados: Shi et al (2020) en China y Halfmann et al (2020) en Estados Unidos/Japón.
Positivos
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Positivos y negativos
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Estos estudios colocan grandes dosis de virus en tejidos susceptibles ubicados en el fondo de las fosas nasales, lo cual podría diferir mucho de las cargas virales y de la exposición que se experimentan en el mundo real. El tipo de animales de laboratorio utilizados y la forma en como son mantenidos puede contribuir a una inmunidad reducida. Por ende, ICAM aconseja precaución a la hora de utilizar los resultados de estos experimentos en control de la enfermedad en el mundo real. Estos estudios sirven más para comparar respuestas entre especies o individuos dentro del marco del estudio.
Contagios: ¿Los perros y los gatos pueden contagiar el SARS-CoV-2 a otros perros y gatos?
No hay evidencia de transmisión entre animales, de hecho, algunos casos mencionados anteriormente que salieron positivos vivían con otros animales que salieron negativos. Sin embargo, sí hay evidencia de transmisión entre gatos en los dos estudios experimentales mencionados arriba de (Shi et al 2020) y Halfmann et al (2020). Estos estudios expusieron a los gatos no inoculados (que no había sido infectados con el virus) con gatos inoculados a ver si los no inoculados se enfermaban con el virus.
- Shi et al. Se colocaron animales inoculados (6) en jaulas adyacentes a las de animales no inoculados (6) para ver si dichos animales se contagiarían al ser expuestos a un animal inoculado. De los 6 pares de animales inoculados y expuestos, 2 pares de gatos dieron positivo a la PCR y a anticuerpos, y los otros 4 gatos expuestos dieron negativo. El mismo escenario con 2 pares de perros reveló que los perros expuestos no dieron resultados positivos. Esto sugiere que no es posible el contagio entre perros, pero que tal vez fuera posible entre gatos.
- Halfmann et all repite este estudio pero solo con 3 pares de gatos que se les puso en jaulas pequeñas. Los tres gatos expuestos se infectaron . Ninguno de los gatos presentó síntomas de la enfermedad y no había evidencia de diseminación del virus después de 5 días.
Como se describe más arriba, estos estudios hechos en laboratorio tienen sus limitaciones a la hora de extrapolar la información al control de la enfermedad en el mundo real. Además de las preocupaciones por las grandes dosis de virus y la salud inmunológica, estos gatos fueron mantenidos en proximidad y en jaulas pequeños. ICAM considera que estos factores que se combinan en eperimentos de laboratorio pueden aumentar la probabilidad de infección a mucho más de lo que se lograría en el mundo real con mascotas o entre animales deambulantes.
Los resultados negativos de los contagios del mundo real también entregan evidencia de que no existe contagio entre animales:
- El pastor alemán de Hong Kong que dio positivo a SARS-CoV-2 también vivía con un perro de raza mixta que dio negativo varias veces.
- El gato del hogar con COVID-19 de Nueva York, EE. UU. vivía con otro gato que dio negativo.
- El pug de Carolina del Norte, EE. UU. vivía con otro perro y otro gato, ninguno de los cuales dio positivo a SARS-CoV-2.
- El gato en Alemania vivía en una residencia de ancianos con su dueña que falleció de COVID-19, los otros dos gatos que vivían en el mismo hogar salieron negativos.
En cada uno de estos escenarios del mundo real, existe la posibilidad de contagio entre animales y de personas a animales, ya que todos se encontraban en el mismo hogar junto a personas infectadas de COVID-19. El hecho de no haberse transmitido la enfermedad constituye evidencia de que el contagio de los amos enfermos a sus mascotas no es inevitable, pero parece ser muy inusual. También indica que no existe contagio entre animales.
Contagios: ¿Los perros y los gatos pueden contagiar el SARS-CoV-2 a personas?
“Actualmente, no existe evidencia que indique que los animales cumplan un papel epidemiológico significativo en la propagación de contagios humanos de SARS-CoV-2” OIE. Respecto a la evidencia sobre el contagio de perros o gatos a personas, sería necesario aclarar dos factores: el tiempo y otras vías de transmisión. Una persona tendría que enfermarse de COVID-19 después de que su perro o gato haya presentado síntomas de contagio, y sería necesario excluir todas las otras vías posibles de contagio de personas. Puesto que están en contacto con muchos más perros y gatos que la mayoría de la gente, los veterinarios y los trabajadores de los refugios correrían el mayor riesgo ante este tipo de contagio. Por suerte, pareciera no haber una mayor prevalencia de COVID-19 en estos trabajadores.
Con casi 4 millones de casos humanos en todo el mundo, tenemos una gran cantidad de evidencia epidemiológica compleja, no controlada pero innegablemente valiosa sobre el contagio. La cantidad extremadamente baja de contagios de personas a perros y gatos, y la falta de ejemplos de contagio a personas, resulta significativa. Los perros y los gatos no cumplen un papel en el contagio del SARS-CoV-2 a personas. Estos animales de compañía son víctimas de la zoonosis inversa; son contagiados (rara vez), pero no tienen capacidad de contagiar.
Nota al pie 1: Métodos de detección para animales de compañía
En la mayoría de los casos, las pruebas para animales de compañía son pruebas de RT-PCR que buscan material viral genético. A continuación seexplica esta prueba y sus limitaciones en mayor detalle así como otras dos pruebas que están siendo usadas en animales de compañía, usualmente en el contexto de investigación:
- RT-PCR: Se utilizan muestras orales, nasales o fecales/rectales. Esta prueba amplifica el material genético disponible, por lo que es muy sensible. Sin embargo, un resultado positivo no indica que el virus está vivo, solo que existe material genético viral, el cual puede encontrarse después de haberse eliminado el virus o por contaminación del animal o de la muestra con partículas virales. Es necesario contar con resultados RT-PCR positivos persistentes para demostrar una infección activa.
- Aislamiento del virus: Se intenta cultivar el virus vivo a través de hisopos, por lo que un resultado positivo indica que existe una infección activa y que podría existir la probabilidad de contagiosidad, aunque esto depende de la “carga” viral (la cantidad de virus) y de la proximidad del contacto.
- Serología: Se utilizan muestras de sangre para detectar la presencia de anticuerpos. Un resultado positivo indica que en algún momento hubo una infección. Sin embargo, los anticuerpos tardan en ser detectables, por lo que no son los mejores indicadores de una infección activa o aguda.
Referencias y recursos
- AVMA
- OIE
- Worms and Germs blog
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ICAM supports the development and use of humane and effective companion animal population management worldwide. The coalition was formed in 2006 as a forum for discussion on global dog and cat management issues.
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